Los patrones le dan armonía visual a una imagen mientras que las texturas le dan profundidad.
El lenguaje visual es aquello que desarrollamos para expresar mensajes a través de las imágenes. A la hora de expresarnos visualmente, contaremos con muchísimos elementos que nos ayudarán, como podrían ser el ritmo o el volumen. Pero éstos no son los únicos.
La repetición de objetos, lo que en fotografía denominamos “patrones”, es una técnica ampliamente presente en las artes visuales. … Por eso, su inclusión en las fotografías es sin duda un buen recurso útil para cualquier tipo de composición.

La textura, por ejemplo, también nos puede ayudar a expresar cosas. Y es que la textura de una imagen, no es más que una ilusión óptica que ayuda a reconocer aquellas sensaciones táctiles que podría experimentar quien ve la foto, si tocara la superficie que está viendo.
Todos los objetos que tenemos a nuestro alrededor tienen textura, el verdadero reto fotográfico está en conseguir usar esta textura para nuestros intereses comunicativos. Es decir: para transmitir aquello que queramos a través de la fotografía. Cuando fotografiamos algo con una textura muy marcada, nuestra fotografía toma cierto grado de realismo, pues la imagen evocará, en la mente del espectador, el sentido del tacto. Además, la textura nos aportará cierta tridimensionalidad a nuestras fotografías, que dejarán de ser planas para adquirir cierto volumen.